Con gran alegría empezamos nuestro segundo día de convivencia vocacional, con la celebración eucarística, encuentro de oración fraterna, el pan bajado del cielo, el pan que ha de perdurar en nuestras vidas, y de esta manera sea una vivencia de familia a los pies del maestro, aquel que nos hace la invitación “Ven y sígueme”, y recordando la homilía del padre Néstor, el cual nos invita a seminaristas y aspirantes a tener siempre las pilas triple A, las cuales son:, “Ardor misionero, Acogida Eclesial, Ansia de santidad”, con gran alegría hoy recordando a nuestra santa colombiana, Santa Laura Montoya, mujer dedicada a la oración y a la expansión del evangelio en los lugares mas remotos y a ejemplo de esta Santa todos podamos llevar el evangelio a tantos hermanos que lo necesitan. Oremos para que el Señor siga suscitando y llamando jóvenes que tengan el deseo de servirle con las pilas triple A puestas para la evangelización.